No cabe la menor duda de que lo pasarás en grande haciendo los diferentes
escenarios del juego, los tienes por cientos. Pero si te parece poco y ya
suficiente trabajo aprender a jugar, lo mejor es que dejes de leer y vendas lo
que tienes…
¿Porqué te decimos esto? Simplemente porque el juego es solo la excusa para
todo lo demás. Seguramente vas a pasar más horas en el entorno del juego que
jugando.
Te detallamos:
ORDENAR
Los cientos de fichitas que trae el juego las deberás tener ordenadas y
para ello hay muchos sistemas. Ponerlas ordenaditas por ejércitos y sus valores
en diferentes contenedores:
-
Cajitas de plástico.
-
Cajitas de cerillas.
-
Sueltas al tun tun en
las cajas (No lo recomendamos).
-
En bolsitas zip.
Innumerables formas, solo una búsqueda en internet te hará ver lo que los diferentes
aficionados han hecho.
ESTUDIAR
Y leerás y leerás y olvidarás y volverás a leer. Y cuando pensabas que lo
sabías todo te compras un módulo con reglas especiales. En ese punto se te han
olvidado algunas.
También estudiarás partidas y aprenderás tácticas de otros o incluso
ADECENTAR
Diferencia entre fichas tras retoques |
Y es que los más frikis (entre los que me encuentro) no nos gusta cómo
llegan las piezas de MMP por lo que nos metemos en la aventura de “clipearlas”.
Y dirás ¿qué es esto? Pues simplemente
por medio de una herramienta casera o más especializada redondear las esquinas
de las fichas para que queden “mas bonicas”.
MATERIAL PARALELO
Otra caja contendrá tu instrumental de general. Muy muy importante hilo para comprobar la LOS y allí puedes ser tecnológico, con láser o manual como yo, hilito extensible.
Pero no se acaba ahí, carpetas para los escenarios, pinzas para coger las
fichas…
HISTORIA
Si estás jugando o piensas jugar a ASL, no te engañes, te gusta la historia
por lo que aparte de lo que leerás del juego, leerás de historia. Cada
escenario te transportará a un lugar diferente del que querrás saber más.
Muchos hablan de que el sistema ASL es un Hobby en sí mismo, seguro que ya
te haces a la idea del porqué.
¡Merece mucho la pena!